Tras el auge de redes que quizá expone la vida del usuario al público, ahora llegan aquellas como “Cloak” que buscan todo lo contrario.
Las redes antisociales, aplicaciones que ayudan a evitar a la gente que no se quiere ver o que permiten odiar a ciertos amigos, empiezan a proliferar como contrapartida a la omnipresencia y la falta de privacidad de plataformas como Facebook o Twitter.
Si las redes sociales han puesto un contacto a millones de personas y han modificado y modernizado la forma en que se relacionan, ahora les ha surgido una réplica con cierto tono misántropo, unas herramientas que pretenden reducir estos contactos.
Son las redes antisociales: aplicaciones como "Cloak", presentado en este año, que rastrea dónde están las personas con quienes el usuario no quiere encontrarse y le avisa cuando se aproximan a él para que pueda escapar.
La herramienta funciona conectada a Foursquare e Instagram y ubica a los contactos que el usuario tiene en estas redes en función de la última vez que entraron en ellas.Pero la que diferencia a Cloak es su componente antisocial: ofrece a quien la utiliza la posibilidad de activar una alerta para la aplicación le avise cuando aquellos que considera "indeseables" están cerca.
“Las 'grandes' redes sociales pueden haber tocado techo”, afirma a Efe Chris Baker, uno de los diseñadores de Cloak, quien asegura que este tipo de aplicaciones va en aumento.Este programador, que considera que muchas personas están "bloqueadas" por las obligaciones que tienen en las redes sociales con gente que no les gusta, es el padre de varias plataformas de carácter antisocial.
A finales del año pasado diseño una herramienta para Facebook llamada "Hate With Friends", que permite al usuario manifestar el odio que siente por sus "amigos" dentro de esa red social y averiguar si el rechazo el compartido.
Posteriormente, Baker desarrolló esa idea en "Rather", amplió los horizontes de "unbaby.me" y pasó a reemplazar cualquier contenido de los usuarios prefiere no ver (no sólo bebés) cuando entra en Facebook por otros que le resulten más activos.
Para el programador, estas aplicaciones "no necesariamente" tienen que considerarse antisociales, sino que son herramientas que "mejoren" las redes sociales.
“Solucionan problemas sociales, son una cosa que aumenta otra. Una funda de plástico para el iPhone no va contra los teléfonos inteligentes, sólo mejora un poco su uso", detalla Baker.
“Hell is Other People", que se auto proclama como un "red antisocial experimental", "Path", "Rando" o "Nextt" son más ejemplos de aplicaciones que se han erigido en contestación a la popularidad de las redes sociales.
Baker cree que, en parte, la aparición de este tipo de plataformas se debe a la falta de privacidad que hay en las redes sociales y, en este sentido, destaca como "red social intima" a "Snapchat", un servicio de mensajería efímera en la que los mensajes se elimina del dispositivo móvil segundos después de ser leídos.
"Creo que veremos más cosas interesantes en esta línea. La intimidad está de vuelta", augura Baker.
Después de ver cómo hay quienes relatan su vida al detalle en Twitter, viven cámara en mano para publicar sus fotos en Instagram o hacen un poco de todo en facebook, cada vez más gente busca justo lo contrario.
Y también los emprendedores empiezan a ver un hueco de mercado en las redes antisociales, donde la tecnología se pone al servicio de la misántropa.
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