El principio del fin HDD ha comenzado, solo
será por cuestión económica y de capacidad lo que decida su vida en el mercado.
Frente al
almacenamiento de cintas magnéticas, el HDD (Hard Disk Drive)
apareció por primera vez en el mercado en 1956 de la mano de IBM.
A partir de
ahí, los descubrimientos y mejoras de las tecnologías
de almacenamiento magnético en las que están basadas los discos
duros permitió un crecimiento de la intensidad de almacenamiento masivo y con
ello la capacidad para salvar archivos. También ha mejorado y volviéndose así
mucho más pequeños, ha mantenido básicamente en una estructura de platos
que giran en un mismo eje, con cabezales en cada uno de ellos y que son los
encargados de las operaciones de lectura y escritura.
Desde el
tamaño ‘refrigeradora’ del primer disco duro, las estrategias de creación de
almacenamiento masivo fue mejorando los factores de forma hasta concretar sus
dimensiones de los discos flexibles o disqueteras, habilitando una inclusión
fácil en los mismos chasis de los ordenadores personales, acabando hoy en día
resumidos en formatos de 3,5 y
2,5 pulgadas.
Sus logros de
conexión han ido cambiando a lo largo de los últimos años en interfaces como SATA que son las utilizadas en la
actualidad. El gran potencial de los buses de conexión ha venido junto a
avances tecnológicos en los HDD que han logrado agrandar su rendimiento. El uso
de tecnologías de grabación magnética perpendicular ha permitido aumentar la
capacidad de los discos duros comerciales hasta los 4 Tb por disco actuales. La mayor
capacidad de rotación de los discos o la mayor cantidad de memoria caché
instalada han logrado aumentar la velocidad de transferencia de datos.
En cuanto a
fabricantes de estos discos, la industria ha asistido a una gran reunión en el sector en
las dos décadas desde que la compañía Tandon había vendido su fábrica de discos
duros a Western Digital en 1998. Llegó la venta de Quantum a Maxtor y posterior
a Seagate; la de la división de IBM a Hitachi y las operaciones más recientes
de compra de divisiones de Fujitsu por Toshiba, de Samsung o de Western por
Hitachi, para convertirse en el primer y más grande productor mundial de Hard
Disk o como conocemos los discos duros.
·
Disco Sólido o Disco
Electrónico (SSD)
Frente a los HDD, estos últimos 10 años han recibido a
las SSD como una gran y posible alternativa.
Unidades de estado sólido las cuales tienen sus
orígenes en las memorias flash que cuentan con ventajas frente a ellos
comenzando por su construcción sin partes que se muevan, y con ello, menor consumo, ruido y emisión
calorífica que los discos duros.
Las SSD también ofrecen una mayor fluidez y velocidad en todos los
sentidos utilizando los mismos buses de transferencia y formatos
que los discos duros, tanto en la hora de transferir archivos pequeños. Por
ello, sus ventajas frente a los discos duros son notables en el tiempo de
arranque del sistema operativo o en reinicios desde modos de suspensión o
hibernación.
Si el área de discos duros aún domina en el fragmento
de ordenadores de escritorio y servidores, el almacenamiento basado en memorias Secure Digital (SD) se ha impuesto totalmente en
el sector de la movilidad como las tablets y la mayoría de smartphones, todo indica que lo
mismo ocurrirá en laptops de gama alta,
así como en nuevas notebooks, donde su uso es prácticamente
obligatorio según las especificaciones fijadas por
Intel para estos ultraportátiles premium.
Personalmente
yo me quedo con los dos simultáneamente, SSD para Sistemas Operativos,
aplicaciones, ficheros de configuración y todos aquellos que se leen mucho y
escriben poco, y un soporte magnético para almacenamiento masivo, ficheros
temporales y en general aquellos que vayan a modificarse con frecuencia. En un
sistema GNU/Linux y para simplificar mucho, todo menos /home en el SSD y
obviamente el /home en el HDD, quitar el registro de última lectura al SSD,
activar TRIM y temas como esos, si se tiene mucha RAM se puede usar para los
temporales.
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